El Sínodo sobre la nueva evangelización, que se clausura este domingo en Roma, ha reunido durante 21 días a 262 padres y madres sinodales. Aunque estas últimas eran sólo una docena, en un mar de obispos y cardenales, representando a todos los países del mundo. Un mini-Concilio para pasar revista a la Iglesia y ofrecerle al Papa «la hoja de ruta» que permita reconquistar el mundo secularizado para Dios.