Recep Tayyip Erdogan debió haberse imaginado el balance de su gestión en 2013 a la cabeza del gobierno turco con resultados muy diferentes. En cambio de envidiables índices de crecimiento de la economía, estabilidad monetaria o más prestigio de Turquía como poder regional, ahora la pregunta no es siquiera si Erdogan dimitirá, sino cuándo.