Carlos Fabra, que ya se ha despedido de sus amigos en diversas cenas y comidas celebradas esta semana, permanece ahora en Madrid junto a sus hijos y nietos para aprovechar sus últimas horas antes de entrar en prisión. El expresidente de la Diputación de Castellón está condenado a cuatro años de cárcel por defraudar a Hacienda durante otros tantos años.