François Hollande tomó ayer la delantera para rebajar la tensión con Moscú, en su nivel más preocupante desde la guerra fría. En una visita sorpresa a la capital rusa, el presidente francés se presentó como mediador ante el dirigente ruso, Vladímir Putin, quien el jueves había lanzado duras advertencias a “los enemigos de ayer” que buscan “nuevo telón de acero” para frenar a Rusia.