Mariano Rajoy ha cerrado su tercer año de mandato destilando optimismo. El color de la legislatura ha ido tornando del negro al blanco y ahora, según el presidente, deja paso a una recta final que promete ser la del «despegue económico definitivo». Todo apunta, señaló ayer, a un nuevo año «muy bueno», en el que se podrán «restañar las secuelas que ha dejado la crisis» y «recuperar el bienestar perdido».