Un enfermero alemán acusado formalmente de tres muertes y dos intentos de asesinato en la clínica en la que trabajaba ha confesado haber matado a alrededor de 30 enfermos terminales, según el informe psiquiátrico.Las muertes habrían tenido lugar en la Clínica Delmenhorst, cercana a Oldenburg, entre 2003 y 2005, mediante la inyección de una sobredosis de un fármaco para el corazón.