La visita del presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, a Atenas para conocer la agenda económica del nuevo Gobierno griego —basada en dos puntos fundamentales, el abandono del rescate y la reestructuración de la deuda— concluyó en medio de una tensión eléctrica, con caras de circunstancias y un esquinado apretón de manos con su interlocutor, el ministro de Finanzas heleno, Yanis Varufakis, que quedó congelado ante las cámaras como imagen del desacuerdo. Al acabar la comparecencia, el holandés susurró algo al oído del griego, que respondió “guau”. Según los medios locales, Dijsselbloem dijo: “Acabas de matar a la troika”.