La canciller alemana, Angela Merkel, cumplía esta semana, sin rivales y sin apenas críticas, quince años como presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU), partido que dirige con discreta mano firme mientras se mantiene en el poder por tercera legislatura.Sus biógrafos describen a una «canciller teflón», a la que todo le resbala, mientras ella apuntala día a día su imagen de atípica líder global, poderosa en Europa y a escala global sin necesidad de carisma mediático.