
Mientras la mayoría de los pasajeros de cruceros ya ha vuelto a tierra, más de 100.000 personas pertenecientes a su tripulación siguen sin un refugio a la vista, con casos de coronavirus en al menos 50 de estos barcos, según una investigación de The Guardian. Muchos de estos tripulantes pasan la cuarentena en un camarote diminuto y a algunos los han dejado sin sueldo. No pueden acceder a puertos ni regresar en avión a sus casas. Abandonados en barcos desde las Islas Galápagos hasta el puerto de Dubai, se han convertido en una nación flotante.